19/7/14

Demasiado silencio

Te necesito conmigo! No quiero perderte te dije. No queria por nada del mundo que te fueras y por eso entre lagrimas apretè tu mano fuerte junto con la mia.
Volviste tus ojos sobre mi mirada. Intentaste decirme algo pero tu llanto, silencioso y tan lleno de dolor cerro nuestra conversacion. Soltaste mi mano y te fuiste.
Cada mañana recuerdo esos instantes que nos separaron, ese par de minutos donde te perdi, donde ni siquiera pude decirte todo lo que te amo.
Cada dia al mirarme al espejo noto la falta que me haces, noto cuanto te necesito. No soy el mismo. En cada lugar donde estabamos me detengo y miro ese pedazo de mi vida que te llevaste, miro esa parte mia, y esa parte tuya, que tan bien me hacia. Miro lo que eramos y no podremos mas ser.
Hay demasiado silencio en este lugar, desde que no estas sufro el vacio que dejaste y no me sera facil llenarlo. Los dias se me hacen eternos.
Me paso noches completas mirando nuestras fotos, mirando esa hermosa sonrisa de la que me enamoré, mirando tus ojos tan llenos de vos, esa felicidad que te iluminaba.
Para terminar puse un "Te Extraño Tanto Amor!!" que resume de modo perfecto todo lo que me pasa y la falta que me haces.
Cerré la carta con tu nombre en el frente y la remití detras con el mio. La puse en tu tumba y me fui.

2/7/14

Ese pequeño detalle..

8 A.M. Estoy en el bar. Voy a tomar un cafe e irme al trabajo. Es otro lunes de esos lunes frios de invierno y algo calentito me va a vitalizar para todo el dia. Ya pedi el cafe y las dos medialunas, lo mismo de siempre diria el mozo.
El local no tiene mucho movimiento, veo muchas mesas vacias. Dos personas aqui, otras dos por alla. Lo mismo de siempre.
Estoy en la mesa que escojo todos los dias, la segunda de tres con vista a la vereda. Me fascina observar el paisaje matutino de esta epoca del año. El padre que lleva a su hijo a la escuela, la mujer de enfrente que barre a mas no poder su vereda, esa parejita de jovenes, adolescentes de no mas de 17, 18 años que se despiden a cada mañana en la esquina; es entretenido observarlo, parece una pelicula y yo detras del televisor viendola en primera fila. No es mas que lo mismo de siempre.
El mozo ya me conoce, y hasta sabe la cantidad de sobrecitos de azucar que me tiene que traer y las medialunas que me gustan. Siempre muy atento y bien vestido sonrió al traerme el pedido. Coloqué el azucar y comencé a revolverlo como lo hacia cada mañana, lo probé y estaba caliente. Lo deje reposar por unos minutos. Probé las medialunas mientras, exquisitas como siempre. Probé el café, sublime como siempre.
8.30 y ya me disponia a retirarme. Estaba por levantarme e irme ya, incluso habia pagado y el reloj me apremiaba. Fui ahi donde el tiempo cambió totalmente para mi: una mujer apareció por la puerta y se sentó en la mesa vacia que me rodeaba, se colocó en ella y elegió sentarse mirando hacia donde yo estaba. Me detuve, guiado por su presencia y me decidi quedar unos segundos mas, solo para apreciar a la mujer que ya se disponia a hacer su pedido.
Esbelta de ojos verdes, y con rulos estaba alli. Como un retrato yo me quedé observàndola. Tenia algo en su rostro que la hacia diferente, algo que la diferenciaba y al mismo tiempo la hacia perfecta. Escapó ferozmente de mis miradas y se concentró en su celular, no se si por timida o para simplemente ignorarme. Seguí obnuvilado por su presencia perdiéndome en su cuerpo: bien vestida y con una elegancia al por mayor: tacos, vestido y camisa. Estaba lista como para, imagino yo dirigir sola una oficina. Se la veia segura, con decision y muy seria pero de a ratos dejaba caer una sonrisa que realmente enamoraba.
Decidi escaparme. Llegaria tarde al trabajo y era por quedarme a mirar una flaca de lindas curvas. Apure el tranco y unos minutos antes de las 9 estaba en el edificio. Cada mañana debia subir los seis pisos por la escalera, pero como el tiempo me apremiaba tome el ascensor. Como cada mañana estaba libre. En el segundo piso subió un compañero de oficina y en el tercero una mujer que no conocía. Cuando el equipo llegó al cuarto piso la puerta se abrió y subió otra señorita. La conocí. Era la chica del bar.
Ella fue quien me miro ahora. Seguramente noto que era el mismo de hacia unos minutos y sonrió timidamente. No era un cumplido, estaba claro, pero notó que el destino queria cruzarnos de nuevo. Llegué al sexto piso y descendi, los demas siguieron. Mientras la puerta metalica del ascensor se abria miré tibiamente hacia atras y descubrí como la morocha alta y de bellos ojos verdes seguía mi camino, tal si fuera yo al verla caminar.
Sonreí. Mi dia habia cambiado y estaba predispuesto a tener una gran jornada. Mi dia ya no era lo mismo de siempre.

- Papa! Que linda historia.. pero no entiendo cual es la moraleja
- Hijo! La vida es muy, monótona a veces, y creeme que te vas a ver atrapado en tu rutina y repetición. Entonces cuando algo te quita de ese camino sin curvas vos te sentis diferente y ves como todo puede cambiar. Cambiar para bien. Esos pequeños detalles hacen la diferencia.
- Claro papà. Ahora entiendo. Fue esa mujer la que te dio esa sensación, pero tengo una duda. Que era eso tan especial que tenía en el rostro? Porque no lo dijiste.
- Tenía un lunar hijo, en la mequilla derecha
- Asi como tiene mamà en la mejilla derecha?
- Si. Asi como tiene tu mamá.